Hace algunas semanas logre ver esta película que esperaba hace tiempo, fue un agrado que llegara a las salas del país y que recibiera buena atención en diferentes medios. Creo que la película se lo merece ya que es una gran cinta, una especie de western ubicado en el extremo sur del planeta y uno de mis lugares favoritos del mundo, la Patagonia.
La historia nos lleva al principio del siglo XX al sur de Chile, lugar que estaba en pleno apogeo por su colonización por parte de chilenos provenientes del norte y extranjeros de diferentes nacionalidades. En esa época los recién llegados se encuentran en Tierra del Fuego con el pueblo selk’nam u onas, habitantes que llegaron varios cientos de años antes, de contextura gruesa, con alturas que bordeaban el 1,8 metros y de cultura nómada y recolectora, ademas de ser poseedores de una muy rica cosmovisión.
Lamentablemente, como fue la tónica de la historia latinoamericana, el encuentro entre colonos y nativos estuvo marcado por el derramamiento de sangre y uno de los genocidios más terribles perpetrados en la joven nación chilena, en donde los nativos fueron prácticamente exterminados, con practicas sanguinarias que incluían la mutilación de los muertos, para así demostrar el trabajo realizado y recibir el pago por Onas asesinados.
En ese contexto, se desarrolla la historia donde se retrata, sin héroes, una historia cruda, impactante y marcada por la violencia, con una bella fotografía de las estepas patagonicas y una gran musicalización que nos muestra a los personajes en su recorrido muy al estilo western, con una siniestra misión que los llevará a encontrarse con enigmáticos personajes en este recorrido.
Una impactante obra, violenta en varios momentos y necesaria para conocer un poco de la historia del país y de las atrocidades que se realizaron en esas lejanas tierras hace no mucho tiempo.
